Alemania se convirtió por un mes en el centro de atención de buena parte del orbe gracias a la Copa del Mundo, en la que diferentes culturas y personas se conectan a través del fútbol, aunque las barreras idiomáticas pueden llegar a ser un duro rival.
No tan profundas como en el Mundial realizado en 2002 en Corea del Sur y Japón, las complicaciones de comunicación con los anfitriones por la diversidad de lenguas de los visitantes a veces son importantes, aunque gran parte de los alemanes las allana gracias a conocimientos del inglés o español.
Una conversación sobre fútbol con un nativo puede significar ingresar en un gran laberinto idiomático si no hay entendimiento y se pretende trasladar al alemán la terminología básica del balompié. Esto también se extiende a otras áreas, con palabras de extensión insólita o pronunciación violenta.
Si alguien habla de un centrodelantero, o 'centroavante' en portugués (centerforward en inglés), pues en alemán debe referirse a un "mittelstürmer", ese que impone peligro dentro de la "grosser strafraum", o sea el área grande del "feld", o sea del campo (field en inglés).
Durante el cotejo puede sufrir una dura "strafschuss" (falta) de un defensa rival en la zona caliente y así el "schiedsrichter" (juez) cobrar para su equipo un "elf meter schuss", o sea un tiro de penalti.
Dependiendo de la habilidad de ejecutante, el remate puede convertirse en "Tor", que se asemeja más a un dios vikingo que a un gol. Pero también puede que el "torwart", o sea el portero, esté inspirado y envíe la "ball" (igual que en inglés, bola) simplemente al....."corner", algo compatible universalmente.
El equipo en desventaja saldría adelante en busca del empate y en su desesperación por recuperar el balón uno de sus hombres puede arremeter con todo contra un rival y finalmente sufrir con una "platzverweis" (expulsión).
Es probable que la escuadra que va ganando quiera forzar las "abselts" (fuera de juego, off-side en inglés o impedimento en portugués) y genere mucho trabajo al "linienrichter" (asistente, o 'banderinha' en portugués).
Para muchos equipos en un "fussballspiell" (juego de fútbol) lo importante es competir, pero para los hinchas lo que importa es "gewinnen" (o sea ganar).
Si se salta a campos como la gastronomía, pues el rompecabezas sería mayor.
Una simple sopa casera de patatas pasa a ser una "Hausgemachte Kartoffelsuppe", una cazuela de pollo una "Bunte Hähnchenpfanne" y si apetece un asado de lomo, tipo Kassler, con patatas y chucrut debe pedirse "Krustenbraten aus der Schweinekeule mit Sauerkraut und Kartoffeln".
Claro, la sobremesa será fácil si tan solo quiere pedir un "Kaffee".
Cifras del sector privado calculaban que casi 3,5 millones de personas llegarían a Alemania durante la Copa. Además de visitantes de los 32 países que compiten, existen numerosas colectividades viviendo en estas tierras.
Equipos e hinchas de países como Arabia Saudí, Brasil, Costa de Marfil, Francia, Irán, Paraguay, Suecia, Togo o Ucrania, circularán por tierras teutonas afrontando estos desafíos linguísticos.
Algunos como el astro brasileño Ronaldinho Gaúcho ya intentan reducir algo la distancia.
Cuando esta semana una periodista local le preguntó si podía hablar algo en alemán dijo con risas: "Si, Wie geht's? Wunderbar! (¿Que tal? !Muy bien!). Me gusta mucho aprender idiomas, pero creo el alemán me llevará algo más de tiempo".
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